Tales of Mystery and Imagination
Tales of Mystery and Imagination
" Tales of Mystery and Imagination es un blog sin ánimo de lucro cuyo único fin consiste en rendir justo homenaje a los escritores de terror, ciencia-ficción y fantasía del mundo. Los derechos de los textos que aquí aparecen pertenecen a cada autor.
Las imágenes han sido obtenidas de la red y son de dominio público. No obstante, si alguien tiene derecho reservado sobre alguna de ellas y se siente perjudicado por su publicación, por favor, no dude en comunicárnoslo.
Showing posts with label Juan Pedro Aparicio. Show all posts
Showing posts with label Juan Pedro Aparicio. Show all posts
Juan Pedro Aparicio: Agonías
En la otra vida se encuesta a los recién llegados sobre cuanto tiempo han tardado en morir y uno a uno van explicando la duracion de su enfermedad. «Ni me enteré —dice un joven— bajaba las escaleras del colegio con las botas de futbol puestas para ir a jugar un partido y me quede tieso. Un aneurisma, dijeron los medicos.» «A mí me duro tres años —dice un hombre de mediana edad— porque aunque el cancer me lo diagnosticaron tarde, yo empece a pasarlo mal mucho antes.» «Lo mío fue bastante más largo —dice una señora muy mayor—. Un ictus cerebral me tuvo primero en silla de ruedas y luego en cama sin poder hablar con nadie oyendo lo que los otros decían. Estuve cinco años así.» «Temo que voy a ponerme el primero de esa lista —dijo un anciano de buena estatura— porque llevo muriéndome noventa y dos años, casi noventa y tres, que los cumpliría, de no estar aquí ahora, el próximo dos de noviembre.»
Juan Pedro Aparicio: Promesa rota
Carmela estaba tan enamorada de Marcelo que aceptó que su perro Tobi, un alegre labrador de color canela, viviera con ellos.
A los pocos meses, Marcelo enfermó de gravedad y, en el lecho de dolor, le suplicó a Carmela que no abandonara a Tobi, que lo mantuviera con ella tras su muerte; ella con lágrimas en los ojos así lo prometió.
Pero, una vez sola, se sintió incapaz de convivir con el juguetón y alegre Tobi, tan hiperactivo, y lo llevó a sacrificar. A los pocos meses Carmela dio a luz a un niño. Era sano y hermoso. Cuando el médico le golpeó en la espalda para abrir sus pulmones con un arranque de llanto, el bebé aulló, un aullido de perro.
Subscribe to:
Posts (Atom)