Hicieron el amor. Eran felices. La corrida sería a las tres. Ella no lo acompañó, prefirió ir a comprar ropitas para el futuro bebé. Regresó cansada. Se tendió en la cama del hotel y encendió el televisor. Lo vio. Con el cuerno calado en la ingle y las luces del traje girando en el aire. Él se diluye en la ambulancia. Ella en la cama. El niño es sangre y arena.
No comments:
Post a Comment