En la otra vida se encuesta a los recién llegados sobre cuanto tiempo han tardado en morir y uno a uno van explicando la duracion de su enfermedad. «Ni me enteré —dice un joven— bajaba las escaleras del colegio con las botas de futbol puestas para ir a jugar un partido y me quede tieso. Un aneurisma, dijeron los medicos.» «A mí me duro tres años —dice un hombre de mediana edad— porque aunque el cancer me lo diagnosticaron tarde, yo empece a pasarlo mal mucho antes.» «Lo mío fue bastante más largo —dice una señora muy mayor—. Un ictus cerebral me tuvo primero en silla de ruedas y luego en cama sin poder hablar con nadie oyendo lo que los otros decían. Estuve cinco años así.» «Temo que voy a ponerme el primero de esa lista —dijo un anciano de buena estatura— porque llevo muriéndome noventa y dos años, casi noventa y tres, que los cumpliría, de no estar aquí ahora, el próximo dos de noviembre.»
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